El español y sus variedades

 

¿Soñaste alguna vez con una máquina del tiempo? Sería increíble poder retroceder en el tiempo y observar cómo vivía la gente siglos atrás, ¿no? De hecho el trabajo de estudiosos como los arqueólogos, historiadores o paleontólogos consiste en imaginar y reconstruir el pasado. De igual manera los que estudian las lenguas también observan los cambios ocurridos en ellas a través del tiempo. En ciertas ocasiones, comunidades que han permanecido aisladas mucho tiempo, crean las condiciones ideales para que las lenguas no cambien. Este es el caso de los judíos sefardíes que viven actualmente en algunas partes de Turquía. Expulsados hacia fines del siglo quince de España y Portugal debido a sus creencias religiosas, ellos hablan el español de esa época y la lengua cambió poco debido a que durante todo este tiempo se usó casi exclusivamente en el hogar. Entonces el sefardí actual es como si fuera una foto del español antiguo. Cuando escuchas hablar sefardí casi estás escuchando la voz del pasado.

Es una coincidencia que al mismo tiempo que fueron expulsados árabes y judíos de España y Portugal, Cristóbal Colón llegaba a las costas del Nuevo Mundo. Desde entonces, la lengua española llegó y se expandió por todo Latinoamérica de la mano de los conquistadores. A partir de ese momento se enriqueció con palabras de las lenguas amerindias. Esto resultó en las variedades de español particulares de cada zona. Por ejemplo, en Sudamérica se conoce al maíz como choclo, palabra cuya raíz proviene del quechua. En Chile se les dice a los bebés guaguas y a los gordos guatones, ambas palabras provienen también de esa lengua indígena. Otras palabras de origen americano que se usan tanto en español como en otras lenguas son huracán, canoa, chicle, chocolate, tomate, entre otras.

a hurricane hitting shore

Foto: Mel Silvers CC BY 2.0

a canoe in a lake

Foto: Bluenose Canoehead CC BY-SA 2.0

a man blowing a bubble

Foto: Dan Taylor CC BY 2.0

a pile of chocolate

Foto: Peter Pearson CC BY-SA 2.0

tomatoes

Foto: St0rmz CC BY-SA 2.0

En el continente americano el contacto del español con otras lenguas ha dado lugar a la mezcla de lenguas. Dos ejemplos importantes son el portuñol, como afectuosamente se le llama a la mezcla del portugués y el español en la frontera de Brasil con Uruguay. No es un fenómeno fortuito, por el contrario, los estudiosos coinciden en que existen usos sistemáticos. Las mismas personas reconocen que mezclan ambas lenguas en su vida diaria debido a la necesidad de comunicarse con los demás en la zona fronteriza. El portuñol responde a una necesidad y no está mal visto. El otro ejemplo es el spanglish, que es la mezcla entre el inglés y el español. A diferencia del portuñol, el spanglish no tiene la misma aceptación. La percepción es que es una mezcla mala, hablada por personas hispanas de poca educación en los Estados Unidos. Sin embargo, a diferencia del portuñol, el spanglish ha sido plasmado en la literatura de no pocos escritores chicanos. Los estudiosos del lenguaje coinciden en que una vez que una variedad de lengua o dialecto comienza a usarse en la literatura hay una gran posibilidad de que evolucione y de que sea más aceptada, por supuesto, pueden pasar muchos años para que esto suceda.

Fuentes: