El regateo

 

La siguiente conversación entre un transeúnte y una taxista de taxi es muy común si estás en Lima:

woman bargaining with a taxi driver

Foto: Susana Fairlie CC BY-NC-SA 2.0

El transeúnte ¿Cuánto me cuesta hasta Miraflores?
La taxista Seis soles.
El transeúnte ¿Seis soles? Generalmente, me cuesta sólo cuatro.
La taxista Bueno, entonces cinco soles cincuenta.
El transeúnte Mejor sólo cinco.
La taxista Bueno.

En Lima y Caracas no se usan taxímetros. Es necesario negociar el precio antes de subirse al taxi; si no, el taxista puede cobrar lo que quiera. En otras ciudades como Santiago de Chile o Buenos Aires, se usan taxímetros y por tanto, no es necesario negociar el precio.

man bargaining at a Tuesday market in Mexico

Foto: Chris Doelle CC BY-ND 2.0

Cuando va de compras, si es posible negociar, o regatear, depende mucho del tipo de tienda o lugar. Por ejemplo, en tiendas más grandes, especialmente cadenas como Zara o El Corte Inglés, o en supermercados, los precios son fijos y no se regatea. Por otro lado, si uno va de compras a los mercados al aire libre o a tiendas de pequeños propietarios, es muy común. En estos casos, ambos el dependiente y el cliente están preparados a negociar los precios. Generalmente, el cliente pide una rebaja o rebajita, y ¡así empieza el regateo!